Los proyectos que más odio son aquellos en donde todo está dicho.
Recuerdo con especial interés uno de ellos. Fue un cliente muy difícil. La prospección duró varios meses y nos evaluaron todo. Que si los tableros de control, que si los componentes, que si soportaba mapas o velocímetros, que si tenia alarmas, que si hacía dril-down, que si los cubos, que si las bases de datos, que si mil cosas mas.
Cuando pasó todo esta etapa de la venta y el proyecto inició me entregaron una carpeta bastante gruesa de reportes o informes. Eran cientos de ellos y con la consigna: «así los quiero».
Los reportes uno tras otro consistían en una tabla con “n” columnas y filtros arriba. Las columnas casi siempre eran las mismas: los meses del año, el YTD, el mes pasado, el presupuesto…en fin columnas más, columnas menos.
—Oye, pero podemos hacer cosas mucho mejores que esto
—NO, así los quiero
—pero son puras tablas…
—si, así los quiero. El objetivo es poder imprimir los reportes tal cual.
Y ahí esta. No se requiere un análisis, todo esta perfectamente definido. ¿El drill-down? ¿Los múltiples componentes? Bien, gracias.
Si insistes en preguntar obtienes la siguiente respuesta:
—Nuestro director es una persona importante, el maneja esos reportes a la perfección. Sabe donde esta cada dato y carga esa carpeta para todas partes y en cada viaje. No podemos modificar nada de ahí.
Pues a darle. A desarrollar cada uno de los reportes, columna por columna, cuidando la separación en pixeles de cada una, los encabezados, los títulos, el pie de página, el espacio del engargolado…y mil cosas más que dan un dolor de cabeza.
Pues listo, terminé los famosos reportes y a cuadrar los datos. En esa etapa pude trabajar hombro con hombro con el usuario. Cada vez que no cuadraba un numerito enfrente del usuario le hacía drill-down, lo graficaba, le sacaba tendencias y obtenía la diferencia. Al ver todo esto todo esto el usuario me preguntó que era todo eso, así que le hice una demo de la herramienta.
Quedó fascinado y a la vez pensativo. Viendo sus reportes se volteó y me dijo.
—Estás automatizando mis estupideces ¿verdad?
—la mera verdad, SI.
Y me platicó la historia de los famosos reportes. La primera versión de los reportes surgió cuando tenían COBOL y se imprimían en aquellas hojas verdes gigantescas. Como tuvieron que sustituir COBOL por otra cosa y las impresoras gigantes por las pequeñas pues contrataron a alguien que desarrollara en FOX aquellos reportes. Luego vendrían las bases de datos cliente servidor y las impresoras laser, así que contrataron a alguien que los desarrollara en Visual Basic y se imprimieran en Laser. Los reportes desde los 70’s no habían cambiado en nada y ahora era mi turno de hacerlos. Ellos tenían que cambiar la tecnología por otra mejor.
De esta plática como resultado muchos de los reportes se fueron a la basura y pude proponer algunos tableros. Hay mucho que aprender de esta anecdota.
Las reflexiones las dejaré para un post posterior.
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